Por: Maricela Peralta Martínez del colectivo Proyecto de Búsqueda, en el contexto de las mesas de diálogo con la Secretaría de Gobernación sobre la agenda de desaparición y búsqueda de personas.

Antes de hablarles de los puntos sobre bases de datos, quiero que pensemos en una base más dolorosa, la de los cuerpos que no han sido encontrados, la de los rostros que seguimos buscando, la de los nombres que gritamos todos los días.
Cada buscadora que ustedes ven aquí, es la prueba viviente del fracaso del Estado.
Nosotras no empezamos a buscar por gusto, sino porque alguien nos arrancó a quienes amamos. Y desde entonces cada registro, cada número, cada cruce de información, representa una posibilidad, la de encontrar, la de volver a abrazar, o al menos de tratar de cerrar una herida abierta.
La tecnología, los sistemas, las bases de datos, deben estar al servicio de lo más humano, deben ser herramientas vivas, que respiren al ritmo de nuestra urgencia, porque mientras el estado duerme en sus sistemas, nosotras cavamos con las manos, literalmente, el derecho a la verdad, a la justicia, a la memoria.
No hablamos de archivos, hablamos de personas y mientras no las encontremos a todas, ninguna base estará completa, porque está no es una búsqueda fría, es una búsqueda con el corazón en la mano.
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