Texto por: Edgar Cortez
Uno de los acuerdos tomados en la sesión del Sistema Nacional de Búsqueda del pasado 9 de febrero fue tener una reunión específicamente para la revisión del funcionamiento del Mecanismo Extraordinario de Identificación Forense (MEIF).
El anuncio de que el Gobierno Federal no aportaría más recursos para el funcionamiento del MEIFS marcaba el final de una iniciativa impulsada por las familias de personas desaparecidas.
Esta reunión tuvo lugar el 21 de febrero de 2024 con la presencia de la Comisión Nacional de Búsqueda y representantes de la Fiscalía General de la República, la Conferencia Nacional de Procuración de Justicia, algunos representantes de Comisiones locales de Búsqueda, la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos en México, el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) y el coordinador del MEIF.
Dado que la reunión no fue pública, nos enteramos por una información periodística, que la Comisionada Nacional de Búsqueda, Teresa Guadalupe Reyes, anunció que el Gobierno Federal no aportaría más recursos para el funcionamiento del MEIF. Se marcaba el final de una iniciativa impulsada por las familias de personas desaparecidas.
En mayo de 2019 se realizó una audiencia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), ahí un grupo de mujeres buscadoras denunció de la existencia de un gran número de restos humanos sin identificar, y la inexistencia de una institución capaz de atender, lo que llamaron la “crisis forense”. Ahí mismo solicitaron la creación de una mecanismo extraordinario para atender esa problemática.
En esa misma audiencia, el entonces Subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas, aceptó la existencia de la “crisis forense” y la creación del mecanismo extraordinario propuesto.
Encinas reconoce «crisis forense»: hay 52 mil cuerpos sin identificar
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Luego de un largo periodo de diseño del mecanismo, el 30 de agosto del 2021 se instaló el Grupo Coordinador del MEIF. Desde el origen esta iniciativa tuvo numerosos escollos: recursos provenientes del gobierno federal que se asignaban discrecionalmente, esos recursos tenían varios destinos no sólo el MEIF, que el mecanismo carecía de personalidad jurídica, que UNFPA no tomaba ninguna decisión que no fuera aprobada previamente por CNB y, sobre todo que el MEIF, nunca contó efectivamente con el respaldo político necesario para la tarea encomendada.
Ocho meses después, el 13 de mayo de 2022, se publicaron en al Diario Oficial de la Federación las modificaciones a la Ley general para dar paso a la creación del Centro Regional de Identificación Humana (CRIH). Era la propuesta para crear una institución regular que atendiera la crisis forense.
Revisemos el mandato de ambas instituciones:
En el caso del MEIF: será un mecanismo de carácter extraordinario, multidisciplinario, con autonomía técnico-científica, que practicará los peritajes pertinentes sobre los cuerpos o restos óseos que no han sido identificados y sean de su competencia (Acuerdo SNBP/001/2019)
En el caso del CNIH: Recuperar, recolectar, resguardar, trasladar, transportar, y analizar con fines de identificación humana los cuerpos, restos humanos y muestras óseas con fines de procesamiento genético (Fracción XXVI Ter, del artículo 53 de la Ley general).
La propuesta del CNIH tuvo efectos como que la cooperación internacional sólo consideró apoyar al CNIH, que los recursos de la CNB fueren destinados prioritariamente a este proyecto y marginalmente al MEIF. En los hechos ésta era la prioridad del gobierno federal.
El mecanismo extraordinario de identificación: un proyecto trunco
imdhd.org
Dado el enorme número de restos humanos por identificar, cuando menos 52 mil, parecía una buena opción no considerar que una sola institución bastaba, sino que eran necesarias varias de forma que se pudiera integra una especie de red institucional que permitiera contar con la mayor capacidad posible de identificación.
Sin embargo al día de hoy contamos con casi nada. Como ya se dijo el MEIF tiene los días contados y el CNIH no existe, fue una propuesta que nunca se concretó. Lo único que hubo fue un equipo de personas que participaron en la toma de muestras de familiares, pero que nunca tuvieron de procesarlas pues carecían de un laboratorio genético. Además tampoco disponían de la información de los cuerpos sin identificar y entonces la identificación siempre fue una quimera.
Desde el inició de este año se informó que se había despedido o ya no contratado al personal del CNIH y luego que el inmueble que fue la sede del CNIH se había desocupado. A eso se le llamó el “desmantelamiento del CNIH”.
En realidad no hubo desmantelamiento pues en efectivamente el CNIH nunca existió. El Subsecretario Encinas y la anterior comisionada, Karla Quintana, fueron incapaces de concretar su proyecto estrella.
es peor noticia que el gobierno federal no cuenta con prácticamente ninguna capacidad para realizar la identificación de restos,
Ciertamente es una mala noticia el cierre del MEIF, pero es peor noticia que el gobierno federal no cuenta con prácticamente ninguna capacidad para realizar la identificación de restos, que muy posiblemente corresponde a personas que son buscadas por sus familias.
El Presidente López Obrador insistió en varias ocasiones que la atención de la desaparición era una prioridad y que habría todos los recursos necesarios. Una retórica hueca pues al final de su gobierno no hay capacidad institucional para la identificación, de forma que seguirá creciendo el número de restos sin identificar y se prologará el sufrimiento de miles de familias.
Luego de seis años perdidos, la responsabilidad de la identificación será una tarea obligada para el próximo gobierno y deberá empezar prácticamente de cero.